Ya está bueno de publicar sobre cómo me siento, sobre qué hago o qué espero. Ya está bueno de alimentar tu sádica sed. Es hora de poner el espejo frente a ti que maquillas tu lúgubre naturaleza con aparente decencia, mientras tu índice apunta a cualquier lugar menos al debido; tu conciencia! Qué fácil es asumir perfección a raíz de la crítica al otro. Qué fácil se ha hecho justificar en lugar de asumir. Tan fácil como desnudarte ante la red y sentirte popular. Razón ha tenido siempre Benedetti en aquello de la venta de simulacros. Vaya mercado éste! Escribo en presente pero pienso en el decálogo del perfecto vendedor, Sí! El Perfecto Vendedor de Simulacros... Mi Próximo Texto!
¿Te ha pasado que de pronto sientes que te vienes? Te vienes para estar como quieres. Vienes y sientes temor por el desastre que no es. Vienes a visitar lugares comunes, recuerdos. Te vienes encima, a carcajadas y uno que otro dolor. También me vengo, me derramo en letras. Voy y vengo entre cartas, a veces me pierdo y ella me rescata, me pregunta si disfruto el viaje. ¿Te pasa?