Conversando hoy sobre la producción literaria con un gran amigo de letras, un poeta rebelde. Me sugirió realizar varios ejercicios en mi escritura; escribir cuando no quiera, crear el oficio más que el hábito vulgar del mero desahogo, eso me dijo o eso decidí entender y aquí estoy escribiendo sin querer hacerlo pero aprendiendo. Otra recomendación que recibí fue que creara personajes y en eso estoy; quiero contarles sobre Salomé, una mujer que ha vivido algunas vidas consciente de todas ellas y no le ha sido permitido olvidar, cuánta curiosidad siente Salomé por el Alzheimer. Aquí estoy de nuevo no queriendo escribir, siendo egoísta. ¡Vaya ejercicio éste! -Prometo continuar, me lo prometo-

¿Te ha pasado que de pronto sientes que te vienes? Te vienes para estar como quieres. Vienes y sientes temor por el desastre que no es. Vienes a visitar lugares comunes, recuerdos. Te vienes encima, a carcajadas y uno que otro dolor. También me vengo, me derramo en letras. Voy y vengo entre cartas, a veces me pierdo y ella me rescata, me pregunta si disfruto el viaje. ¿Te pasa?