La Lola con el contoneo de sus caderas arrastra una pena y lo disimula bien, parece ligera, dispuesta y serena, parece que no le preocupa el tiempo con todo lo que lo ha vivido, lo mira con cierta soberbia, como a sus hombres. Él, el tiempo comparte mucho más que un artículo determinado de género, comparte ese despiadado afán de dejar huella, de marcarla como sus hombres porque han sido de ella, de su compasión, de su propia reserva de empatía que no se ha perdido como dicen ha ocurrido con la decencia. Le consuela estar llena de amor, de genuino amor; confiable, abierto, leal, incluso divertido. Lo reserva como un tesoro que el tiempo jamás podrá llevarse aunque pase como le dé la gana de pasar. Ya no le quita el sueño, el tiempo y sus tiempos le han enseñado a quedarse con un sólo día por siempre; hoy. La Lola es como Los Siglos de Oro; Renace acompañada de la armonía y la belleza; una obje...
![Adelina Menéndez](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiDyxCjtCOxmJeMYCg_AIb_PwW1WolAMSDbzTI15Kctjqdyc8LC3kST0Jy0vEWsdu7u2eL0zoVAlgweLJM7B0w8415ltrRRVgkpLxPWygh6kLBx3nns6ySH38U9Xm8_aN7pvcbkFk65p5-/s1600/00000.jpg)
¿Te ha pasado que de pronto sientes que te vienes? Te vienes para estar como quieres. Vienes y sientes temor por el desastre que no es. Vienes a visitar lugares comunes, recuerdos. Te vienes encima, a carcajadas y uno que otro dolor. También me vengo, me derramo en letras. Voy y vengo entre cartas, a veces me pierdo y ella me rescata, me pregunta si disfruto el viaje. ¿Te pasa?