Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2018

ELLA ► Él + La

Secuestrada y obligada a dar un show, de ello depende su vida y aún no lo sabe, al verse en tarima sólo tiene un título al que logra ascender valiéndose de múltiples piruetas emocionales, movimientos cadenciosos y un tanto de humor para preservar la integridad a cambio de su intimidad.  El desempeño en el escenario lo maneja un voyeur que ha memorizado radiográficamente cada aspecto de su vida, cada necesidad, su dolor. Él se vale de medios audiovisuales para fracturar la piel expuesta, el humo recurrente y el suicidio de esta mujer que no teme asumir su realidad y mostrarla... Desnuda, altiva, erguida y terriblemente expuesta -demasiado- algunas veces. Se para frente a todos y les grita lo bárbaros que son, les dice que se vayan a la mierda, pero ninguno reacciona, todos están danzando la mirada al ritmo del contoneo de sus caderas que no es más que una distracción -como casi todos los artificios femeninos- para no evidenciar el miedo. Ella...

Triángulo: 1

"Te quiero. Quiero desnudarte, vulgarizarte un poco. Ah, no sé lo que digo. Estoy un poco ebrio porque no estás aquí conmigo. Me gustaría batir palmas y "voilá". Quiero poseerte, utilizarte. Quiero joderte, quiero enseñarte cosas. No, no te aprecio. ¡Que Dios me perdone! Tal vez quiero incluso humillarte un poco."   Imagina que abres tu bandeja de entrada y te encuentras con algo así, no un "like" sino esto; unas cuántas palabras que pretenden resumir TODO. Esas palabras de arriba no son mías pero las comparto, son de Anais Nin; Henry Miller se las regaló en una de sus tantas cartas en esa retorcida/hambrienta/real correspondencia que por años mantuvieron. ¿A qué viene esto de hablar de un romance de hace ochenta años? A que tú lo necesitas más que yo, necesitas saber más allá del chisme, más que Anais fue amante de él y de su esposa, más que imaginar ángulos para este triángulo amoroso deberías leer más, saber que lo que ocurre en ...

Pentágono: A1

Siento como vibro y sólo lo quiero detrás, restregándose lentamente. Y viene a mí,  viene y va.  Me gusta cuando vuelve. De pronto, no hago más que sentirle explorar mi pecho,  pretendiendo arrancarlo,  sin saber que le pertenece, en instantes y a solas.  No sé cómo o por qué, me hace latir.  -Cuando lo sepa dejaré de volver.-  Soy quien va y vuelve a mí. Quiero probarle como si tuviese dos años y me despidiera   de la etapa oral, según Freud,  esa en la que los infantes a la boca todo llevan.  Probarle, así. Hay un silencio repleto de todo lo no dicho.  Hasta que se estira. La dignidad con la que se asume la circunstancia denota la ignorancia  y el valor. -Se estira de nuevo, escribe- Firma el contrato contigo mismo, hazlo sin presumir anhelos,  firma para que nunca hagas lo que no quieras, ni esperes  ni te conformes.  Firma, hazlo que siento como vibro ...

Pre-Juicio: Sesión 1

Esta madrugada todas se pelean, de hecho se han callado para sólo escucharme escribir, caerle a golpes a un teclado que pretende ir al compás de Edith Piaf, saltar de lo pintoresco y aparente hasta lo oscuro y profundo, tan profundo que te pierdes; así como cuando ellas pelean, cada una quiere explorar su emoción y terminan agobiadas, sin ponerse de acuerdo, cada una queriendo satisfacerse sólo a sí. Una pretende ser optimista y asumir que será corto el período, la otra le persuade para que entienda que lo mejor es mover la energía hacia los puntos inferiores, destilar lo primitivo y dejarlo salir como lava, como adolescente. La otra, la que sabe que es la reina de la inserción, les pide que hablen bajito porque "no está bien" que se conozcan los extremos, ella le dice que el camuflaje perfecto está en los medios, los extremos exponen. Llega la más cínica (por que todas lo son), sonríe sinceramente, nada le produce más placer que verlas discutir, ella sabe que con todo...